El construir pareja muchas veces se convierte en un juego que lastima la relación. En ocasiones la desconfianza se convierte en control, manipulación, desamor, exigencias u ofensas. El cansancio emocional lleva a querer huir, no amar, victimizarse, depender o engancharse. Donde la víctima desea soltar su responsabilidad, pero sin recursos para salir adelante. Por lo contrario, el desconfiado o controlador pierde su amor, su confianza, la tranquilidad y es evidente como entre los dos, suprimen el amor que una vez los unió. Si eres de los que busca respuestas y soluciones a estas situaciones, no dudes en participar de nuestra conferencia “el amor explicado en tres letras”. Te esperamos.