«A los niños hay que ponerles límites» es una de la frases más comunes respecto a la crianza y suena tan lógica, tan obvia y tan necesaria que creemos que establecerlos y hacer que nuestros hijos los sigan será igual de sencillo, ¡pero no!, no es tan fácil, pues nos han enseñado que los límites son necesarios pero no nos enseñaron a cómo ponerlos de forma efectiva y afectiva; desde nuestra falta de recursos comenzamos a dudar si realmente lo estamos haciendo bien, o si son los niños que son más desafiantes, o si realmente debemos ser más duros con ellos, así como lo hicieron con nosotros. Es real, los niños necesitan límites, los adultos necesitamos límites pero ambos necesitamos comprender por qué son importantes, para qué existen y cuáles son los que definen mi familia. Te esperamos.