El consumo de «drogas» ha sido una problemática que preocupa no solamente a padres de familia sino a naciones enteras. Sin embargo, todo lo que nos muestran los medios, no responde completamente a ¿qué son las drogas? y ¿cómo prevenimos el consumo de drogas en nuestra casa? En el presente artículo exploraremos una respuesta a estas preguntas de una forma sencilla y práctica.
¿Qué son las «drogas»?
Lo que llamamos «drogas» son en realidad sustancias psicoactivas, que son toda sustancia que afecta el cerebro y sus conexiones con el cuerpo (sistema nervioso), éstas pueden ser legales tales como el alcohol y el tabaco en el caso de Colombia, o ilegales como la cocaína, heroína, etc. Generan tolerancia (cada vez se necesita más, para sentir lo mismo), y dependencia (sensación de necesitar consumir la sustancia para estar tranquilo). A pesar de que cada sustancia produzca efectos diferentes, TODAS estimulan o frenan sustancias en el cerebro (neurotransmisores), haciendo que la persona en algún momento se sienta bien.
Pero hay un truco…
Todas esas sustancias ¡Ya están en el cerebro! lo que hacen las «drogas» es mover lo que ya tenemos, dañando el funcionamiento de nuestro cerebro de paso. Y todo por la tendencia de buscar afuera lo que tenemos dentro. ¿Qué quiere decir esto? Simplemente que a veces no caemos en cuenta que la felicidad que podemos buscar a través de las sustancias psicoactivas, es incompleta, y nos aleja de un bienestar verdadero para el cual no necesitamos nada por fuera de nosotros. Por ejemplo, ¿sabías que practicar un deporte extremo, estimula el cerebro mejor que la cocaína?
Ya teniendo un breve pero claro referente sobre las sustancias psicoactivas, te invito a tener en cuenta lo siguiente:
Tú como padre/madre o cuidador, influencias en tus hijos mucho más de lo que crees.
No te escudes en la frase «Los jóvenes de ahora son terribles». Eso se ha dicho desde la época de Sócrates (¡hace más de 25 siglos!), recuerda que los grandes carteles de la droga y los bares que venden alcohol a menores de edad, los dirigen adultos. Existe una influencia muy grande en el hogar para prevenir (o promover sin querer) el consumo de sustancias. Uno de los factores que marca una gran diferencia es la calidad de la relación entre padres e hijos.
A partir de este hecho, podemos prevenir de una manera más efectiva el consumo de sustancias psicoactivas en nuestros hogares, para ello ten en cuenta las siguientes pautas:
1.Muestras de Afecto: Un aspecto que influencia bastante en la calidad de la relación con los hijos es el de manifestar actos y palabras de afecto. Las madres y especialmente los padres tienen una tendencia a omitir un «te amo» o un «te quiero» a sus hijos, o lo dicen cada vez que hay un eclipse solar. Recuerda que la única manera de que los demás sepan lo que piensas y lo que sientes es diciéndolo, y de paso fortaleces emocionalmente a tus hijos para que puedan caer en cuenta que no necesitan ninguna «droga» para sentirse bien, porque YA lo están.
2.Justicia en la crianza: Si lo intentara resumir en una frase, diría que la crianza justa es el punto medio entre la alcahuetería (o permisividad) y el maltrato justificado (o autoritarismo), recuerda que el objetivo de una sanción NO es desquitarse o que se sienta mal, sino que cambie la conducta.
3.Comunicación existencial: La comunicación es de los temas más trillados, y aún así, es malentendido. Específicamente la comunicación existencial se refiere a la comunicación que NO tiene la intención de supervisar. Lamentablemente cuando un padre o madre tiene la intención de comunicarse más con sus hijos, lo que termina haciendo es una auditoría de los deberes y responsabilidades asignadas (¿ya hiciste la tarea?, ¿ya lavaste la loza?, ¿ya tendiste la cama?, ¿cómo te fue en el colegio?, entre otras), también es importante hablar acerca de su vida, sus sueños, así como de cosas superficiales.
4.Detrás de todo consumo, hay una necesidad insatisfecha: Como se puede llegar a inferir acerca de las «drogas», el problema en realidad no es la sustancia, sino el para qué se consume. Por ejemplo, el adolescente que toma alcohol PARA tener valor e invitar a bailar a una compañera, muestra la necesidad de mejorar sus habilidades sociales o de unas clases de baile, con lo cual, ya no se ve tan necesario hacer el ridículo con la excusa de sacar valor(no es muy atractivo alguien hablando o bailando «borracho»). El reto es identificar las necesidades de nuestros hijos y ser un apoyo para buscar una alternativa diferente a las «drogas».
Finalmente, una recomendación que puede servir de base para la aplicación de estas pautas es el ejemplo, si quieres trabajar fuerte con tus hijos, el primer paso es trabajar fuerte contigo mismo. ¿Cómo le digo a mi hijo que no tome alcohol, si yo mismo lo hago? y a la hora de que escuchemos algo como «y si es tan malo entonces ¿usted por qué lo hace?» el responder a nuestros hijos de mal genio NO va a prevenir nada.
«Cuida tu corazón más que nada en el mundo, porque él es fuente de vida.» Proverbios 4,23