Así como se ha hablado del amor desde que existen las relaciones afectivas entre seres humanos, también de manera inevitable se termina hablando de los celos, no solamente en la relación de pareja, sino entre hermanos, compañeros de trabajo y las demás relaciones interpersonales.
¿El que cela es porque ama? ¿El que no cela es un idiota? ¿Los celos son un indicador de alta o baja autoestima? ¿Son una estrategia para prevenir la infidelidad?
En este artículo vamos a abordar en realidad de qué se tratan los celos y cómo abordarlos.
¿Qué son los celos en realidad?
La palabra “celos” viene de “ardor” y “hervir”, y se refiere a la preocupación, sospecha o inquietud de que la persona amada traslade su cariño o amor a otra persona. También está relacionada con la intención de cuidar la relación afectiva que se tiene con otra persona.
En resumen, los celos son el miedo a perder el amor de alguien, desde el interés de cuidar una relación afectiva.
¿Existen diferentes tipos de celos?
Sí, de manera concreta, podríamos reconocer tres tipos de celos, desde la psicología se les llama reactivos, imaginarios y retrospectivos.
A continuación, vamos a ver de qué se trata cada uno:
Celos reactivos
Se llama celos reactivos cuando se sienten celos por el involucramiento afectivo o sexual de la pareja con otra persona. En esta ocasión, no son sospechas, sino que son situaciones que no dan el lugar a la duda. Es decir, surgen a partir de conductas explicitas de infidelidad.
Celos imaginarios
Los celos imaginarios son los más frecuentes, son aquellos que surgen a partir de situaciones que SÍ dejan lugar a la duda, donde la persona no tiene elementos suficientes para afirmar con certeza que es una infidelidad confirmada, pero se siente incomodidad a partir de un saludo amigable, coqueteos de otras personas hacia la pareja, un “like” a una foto, comportamientos percibidos como “extraños”, entre otros.
Celos retrospectivos
Aunque son los menos populares, en las relaciones de pareja no es extraño que surjan. Los celos retrospectivos son cuando existe incomodidad o malestar al pensar que la pareja en el pasado estuvo involucrada afectiva o sexualmente con alguien. Incluso antes de conocerse.
Estos son los celos por las relaciones pasadas.
¿Los celos son un indicador de amor?
Aunque es normal que se lleguen a presentar los celos, en cualquiera de sus presentaciones, en realidad no hacen parte de una relación de pareja sana, y terminan siendo más un indicador de dependencia que de amor maduro.
Entonces, ¿debemos despreocuparnos de nuestra pareja para tener una relación madura? ¡No! Precisamente uno de los mayores malentendidos acerca de los celos es confundirlos con cuidar la relación.
La mejor forma de cuidar una relación con alguien, es amar y confiar. Pero lamentablemente la gran mayoría de nosotros confundimos el amor con la dependencia y la confianza con la vigilancia.
¿Cuál es la diferencia entre amor y dependencia?
Tanto en el amor como en la dependencia se siente un gran afecto y enamoramiento hacia la otra persona, la diferencia principal es que la dependencia necesita a la otra persona para algo trascendental (ser feliz, darle sentido a la vida, no sentir soledad). Mientras que el amor busca añadir felicidad al otro sin necesitarlo, gracias a que la persona ya ha satisfecho sus necesidades trascendentales por cuenta propia.
Dicho de otra manera: dar de comer al otro es mucho más fácil cuando no tenemos hambre; la dependencia es cuando una “media naranja” busca su otra mitad para sentirse completa, mientras que el amor es cuando dos naranjas completas deciden compartir juntas.
¿Cuál es la diferencia entre confianza y vigilancia?
La confianza es cuando decidimos creerle a otra persona lo que nos dice sin que nos conste. No precisamente porque la queramos mucho sino gracias a la experiencia previa donde la otra persona ha mostrado que ha cumplido su palabra, dándole valor a la misma.
La vigilancia por su parte, es la necesidad de que nos consten las cosas para poder creer y no tener en cuenta la palabra del otro. Pero si es así, entonces parece más segura la vigilancia ¿o no?
Pues la verdad es que la vigilancia es una falsa promesa.
¿Una falsa promesa?
La vigilancia te va a prometer que, si te cercioras de todo lo que hace tu pareja, vas a conseguir paz y tranquilidad, pero el primer inconveniente de esa promesa es que el ser humano está diseñado para no tener el control sobre el 100% de la conducta de otra persona, por lo que es esperable que siempre tengamos un margen de duda o un margen de error.
Esto implica que nos frustremos al buscar tener todo el control y no conseguirlo, y esa promesa de paz y tranquilidad queda en sólo ilusiones. Por eso, la vigilancia más que una opción segura, es una estrategia perjudicial para la salud mental.
¿Si te llegan a ser infiel, es porque te vieron la cara de “tonto/a”?
Por más que celemos, vigilemos o nos apeguemos, no vamos a impedir una infidelidad, ya que podemos tener todas las cámaras, micrófonos, detectives privados, GPS, etc.; pero la decisión de involucrarse en una conducta de infidelidad termina dependiendo de la persona y no de la vigilancia o los celos de la pareja.
En esa línea de ideas, si ampliamos las alternativas de lo que podemos hacer para cuidar verdaderamente nuestra relación de pareja, se resume en amar, confiar y en nuestra propia fidelidad. Si cumples con esas tres, estás haciendo tu parte; y si tu pareja te llega a ser infiel es porque él/ella dejó de hacer lo que le corresponde.
Si no es tu responsabilidad la fidelidad del otro ¿Por qué serías un “tonto”? “Tonto” el otro que no está cuidando la relación desde lo que le corresponde.
¿Y qué hago si lo que tengo es celos retrospectivos?
Cuando nuestros celos no vienen precisamente de situaciones actuales sino del malestar por pensar que nuestra pareja estuvo enamorada o tuvo relaciones sexuales con otras personas en el pasado, es muy probable que los “EX” sean un dolor de cabeza para ti y tu pareja, por eso, es importante analizar lo que de manera realista es un “EX”.
Una ex-pareja, es una persona que tuvo la oportunidad de ofrecerle todo lo que tenía a tu pareja pero no le alcanzó para que continuaran una relación. En otras palabras, es un candidato a pareja que no cumplió con lo requerido a pesar de haber mostrado todo lo que podía ofrecer. Y si tú eres la pareja actual, ten en cuenta que estás en notable ventaja porque fuiste elegido libremente por esa persona.
Otro aspecto a tener en cuenta cuando nos incomodan las relaciones pasadas de nuestra pareja, es que dicha molestia está más relacionada con nosotros mismos que con nuestra pareja o sus ex-parejas.
Lo que permite que “duela” es abrir la posibilidad en nuestro pensamiento que nosotros estemos en desventaja en belleza, carisma, desempeño sexual o cualquier otra característica frente a las otras personas que compartieron en el pasado con la pareja. Pero el hecho evidente es que, si eres la pareja actual, es porque fuiste escogido por esa persona y lo mejor que puedes hacer es dedicarte a fortalecer tu auto-concepto, más que reclamarle a tu pareja sobre su pasado.
Cuando entendemos todo lo que implica cuidar verdaderamente una relación, los celos más que una ayuda, terminan siendo un obstáculo que nos puede llevar a debilitar el amor que tanto queremos proteger. Los celos se basan en el temor, pero lo contrario al temor, es el amor, por eso el amor no tiene nada que ver con los celos.
Autor: Fabián Camilo Obando Salinas -Director Académico de La Clínica para la Familia
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