Día a día nuestra confianza y fortaleza puede verse debilitada por las propias fragilidades que dañan nuestro corazón y debilitan nuestra fe. Sin embargo, hay un amor que nos renueva y fortalece día a día, es la gracia del amor de Dios que se derrama en nuestra vida sosteniéndonos cuando sentimos desfallecer.
Este será un espacio para fortalecernos en la fuerza transformadora del amor de Dios y hacernos cargo de lo que a nosotros nos corresponde reconociendo nuestras heridas, nuestras fragilidades, resignificádolas en el amor.
Te invitamos a que participes de este espacio mientras estás en casa. Será una noche de intimidad, de encuentro con el Amor. Una noche para sentir la gracia del amor que nos sostiene, que sana y reconforta en la debilidad.
¡Te esperamos!