El dinero es uno de los tres factores que generan más ruido en la relación de pareja.
Quisiéramos solo vivir de amor, pero no cubrir con las necesidades básicas del hogar, detonaría emociones que pondrían en riesgo este sentimiento.
La pareja es como una empresa, cada uno participa en los presupuestos, en la forma de adquirir el dinero, las estrategias para lograr los objetivos. El planear y hablar de finanzas es vital y aunque el dinero no sea un Dios, cada peso debe ser honrado.
La mejor forma de honrar el dinero, es dando el uso correcto, velar por multiplicarlo, ayudar a quienes lo requieren. Este punto es vital, lo indica la biblia en la parábola de los talentos.
Aunque el dinero no es un Dios, se debe de honrar y administrar de la mejor forma, para que llegue constantemente y no se agote.
Entender que las finanzas son parte integral de nuestra relación, nos lleva a construir calidad de vida y armonía en el hogar.