¿Cuál es la diferencia entre agradecimiento y conformismo?

“La suerte es para los mediocres, no te deseo suerte sino éxitos”. Frases como estas las podemos ver actualmente por las redes sociales. Y en realidad no tienen nada de “malo”. Sin embargo, cuando vivimos situaciones agradables, nos dan algún regalo o alguien tiene un acto de servicio con nosotros, a veces nos cuesta agradecer, ya que puede que sintamos que al hacerlo estamos negando nuestro esfuerzo o merecimiento de la atención o regalo que estamos recibiendo.

Sin embargo, el “agradecimiento” lamentablemente se tiende a confundir mucho con “conformismo”, pero en realidad se trata de dos palabras totalmente diferentes, incluso desde sus definiciones más generales. ¿Cómo es eso? A continuación, te describiremos algunas diferencias entre “agradecimiento” y “conformismo”.

Mientras que el agradecimiento tiene que ver con lo que sientes, el conformismo tiene que ver con lo que haces.

El agradecimiento es un sentimiento que le ayuda al cerebro a funcionar mejor, generando bienestar psicológico y emocional, y es un “regalo” de nuestra naturaleza que algunos de nosotros nos negamos a recibir. Por otro lado, el conformismo es tomar la decisión de optar por una actitud pasiva frente a nuestra vida. Es decir, podemos darnos permiso de sentir agradecimiento por algo sin necesidad de tomar un rol pasivo frente a la vida.

El agradecimiento te libera de la angustia, el conformismo la acumula.

Mientras que darnos a nosotros mismos el permiso de sentir agradecimiento con las vivencias positivas que experimentamos, estimula nuestro cerebro para que aumentemos nuestro nivel de bienestar; el conformismo ayuda a que percibamos la vida como un escenario donde no hay mucho que se pueda hacer. La sensación de que independientemente de lo que hagamos, no va a cambiar nada, se llama “desesperanza” y cuando perdemos la esperanza, terminamos acumulando angustia sin querer.

El agradecimiento es realista, el conformismo cae en el optimismo o pesimismo.

Practicar el agradecimiento no se trata de autoengañarse con frases positivas hacia lo negativo de la vida, sino reconocer que como existen cosas negativas, también siguen ahí cosas positivas asumiendo la vida con sus grises sin caer en la tentación de ver solamente blancos o negros. Es decir, si quieres practicar el agradecimiento NO digas “Gracias vida porque me accidenté y tengo un dolor insoportable” sino “Gracias vida porque sigo vivo, consciente y con mis capacidades a pesar de haberme accidentado y estar pasando un dolor insoportable”.

El agradecimiento se enfoca en el presente, el conformismo en el futuro.

Practicar el agradecimiento es darse el permiso de disfrutar lo que se puede en el aquí y en el ahora sin ignorar los problemas, sabiendo que negarse a disfrutar de las cosas que sí tenemos no va a quitar ni cambiar los problemas o cosas que nos faltan. Por otro lado, el conformismo es dejar de ocuparse del presente para divagar acerca de lo que quisiéramos en un futuro, percibiéndolos como metas inalcanzables y generando la sensación de estancamiento. Regalarte el privilegio de disfrutar de lo que sí tienes no tiene por qué impedir que busques lograr lo que te falta.

El agradecimiento es protagonista, el conformismo es víctima.

El conformismo te trata de convencer que estás a merced del destino, que tienes la vida que te tocó y que lo que te queda es “cruzar los dedos” y anhelar que te vaya bien o tengas una vida buena. El agradecimiento por otro lado, reconoce que tienes derecho a disfrutar de lo que has conseguido con tu esfuerzo y que disfrutar de la vida que tienes te llena de fuerza para ir por más.

El agradecimiento es empático, el conformismo es egoísta.

La gratitud además se puede practicar con las cosas buenas que viven los demás, ya que tenemos el privilegio de estar ahí para alegrarnos por y con el otro. El conformismo nos lleva a querer utilizar los logros del otro como una excusa para amargarnos con preguntas como “¿Por qué le pasa al otro y no a mí?” como si la angustia nos sirviera de algo.

El agradecimiento no deja de asombrarse, el conformismo convierte todo en paisaje.

Tal vez la virtud más grande del agradecimiento como recurso psicológico es sacarle provecho a la capacidad de asombro y disfrute del ser humano. Ser agradecido es no perder de vista que la felicidad no viene de la ausencia de problemas sino de no perder la capacidad de disfrute, incluso de las cosas más sencillas. El conformismo por su parte, es la capacidad de convertir algo disfrutable en cotidiano, perderlo de vista o simplemente asumir oportunidades como obligaciones.

Cada uno de nosotros contamos con oportunidades para practicar el agradecimiento que dejamos pasar por percibirlas como algo “normal” o “mínimo”. ¿Estás trabajando en lo que estudiaste? ¿Estás trabajando? ¿Tienes familia o personas con quien hablar o discutir? ¿Alguien se preocupa por ti? ¿Tienes a tus padres o tus hijos vivos todavía? ¿Puedes caminar o respirar por ti mismo? ¿Cuántas personas disfrutarían tener la oportunidad que no te das cuenta que tienes? Cada cosa que puedes hacer, planear, disfrutar es un regalo de la vida, recíbelo, no lo rechaces y lo más importante, disfrútalo. No ser agradecido es como estar en tu fiesta de cumpleaños y terminar criticando la fiesta y los regalos. La mejor herramienta para la infelicidad es quejarse y resignarse, mientras que la mejor herramienta para la felicidad es no dejar perder la capacidad de disfrute y agradecimiento en los buenos momentos, así como sacarle provecho a los malos momentos para hacer de nosotros mejores personas.

“Disfruta los buenos tiempos; pero cuando la estés pasando mal recuerda que Dios nos da momentos buenos y malos, y que nadie sabe lo que vendrá en el futuro.”

Eclesiastés 7:14

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Fabián Camilo Salinas Obando – Director Académico y Psicólogo, Clínica para la Familia

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