¿Cómo abordar a una persona cuando está “en caliente”?

En ocasiones cuando tenemos un conflicto o diferencia con otra persona, podemos llegar a tener la sensación de que sin importar lo que digamos, la otra persona no se va a calmar, no va a entendernos, no va a reconocer su error ni su exageración. En otras ocasiones simplemente no entendemos ¿Por qué está molesta? y esto nos lleva a preguntarnos ¿Cómo abordar a una persona cuando está “en caliente”? 

A continuación describiremos cómo hacerlo.

Nos pasa tanto a hombres como a mujeres, pero la fama la tienen las mujeres:

La sensación de no saber qué hacer o no reconocer que le pasa a la otra persona, en muchos casos se vive en las relaciones de pareja donde la incertidumbre viene del hombre y la molestia viene de la mujer. Y al contrario de lo que se piensa en general, esta situación no se debe a la “locura” de las mujeres sino a la falta de empatía de los hombres. Además, también esta combinación de incertidumbre ante la explosividad puede ocurrir entre padres e hijos, profesores y alumnos, jefes y empleados, vendedores y clientes o entre amigos. En cualquier caso, podemos sentir la frustración de ver como únicas salidas, quedarnos callados, darle la razón aunque no la tenga o responder de forma agresiva lo que en ningún caso sirve y por el contrario, el problema se mantiene o se incrementa.

Cuando alguien está en caliente, lo que menos importa, es el problema:

Cuando surge un conflicto o una discusión, en realidad lo que tiene más urgencia de atender es la emoción, y luego, en segundo lugar, es más efectivo encargarse del problema. Simplemente porque cuando estamos “en caliente”, no escuchamos, ya que primero necesitamos “enfriarnos”. Entonces en ese momento NO necesitamos hablar del problema ni de soluciones sino encargarnos de la emoción que mantiene la cabeza “caliente” pero ¿Cómo calmar o “enfriar” a alguien de manera efectiva sin mantener ni agrandar el problema? Existen dos estrategias que tienden a ser efectivas para ayudar a “bajarle los humos” a alguien: Tiempo Fuera y respuesta empática.

Tiempo Fuera, la estrategia favorita de la mayoría de los hombres:

Aunque esta no sea una preferencia de todos los hombres, se podría decir que es la elección de la mayoría. “Tiempo fuera” es pedirle a la otra persona en ese momento de molestia que nos dejen solos para que nosotros aparte por nuestra cuenta “exorcicemos nuestros demonios” y ya cuando estemos tranquilos poder hablar del problema. No obstante, para que sea efectivo, se necesitan tres condiciones:
1. Pedir el tiempo fuera. Es mucho más efectivo decir “estoy muy molesto/a, deme un tiempo, me calmo y ahí sí seguimos hablando” que simplemente ofuscarse, dar la espalda e irse sin decir nada.
2. Permitir el tiempo fuera. A veces, aunque la otra persona nos pide el tiempo fuera, no lo permitimos por la sensación de que estamos siendo ignorados o la otra persona está evadiendo el problema. Sin embargo, es mucho más efectivo permitir que la otra persona se ocupe de sus emociones y luego “en frío”, abordar el problema.
3. Volver a enfrentar el problema. Uno de los grandes retos cuando se pide y se permite un tiempo fuera, es volver y tener la iniciativa de hablar del problema. Ya que cuando la emoción se calma, podemos llegar a pensar que hablar del problema es una forma de “dañar el ambiente”, por lo que lamentablemente decidimos quedarnos callados y pensamos que ignorar el problema es igual a solucionarlo. En realidad, abordar el problema “en frío” aumenta las probabilidades de llegar a una solución mientras que ignorarlo hace que el problema se mantenga en el tiempo.

“Darle la espalda a un tigre, no hace que el tigre desaparezca. Pasa lo mismo con los problemas.”

Respuesta empática, la estrategia favorita de la mayoría de las mujeres:

Así como lo mejor que se puede hacer con la mayoría de los hombres cuando están molestos es dejarlos solos, en el caso de la gran mayoría de las mujeres es todo lo contrario. La peor idea es dejarlas solas, porque más que un tiempo fuera, necesitan una respuesta empática. Responder empáticamente, se refiere a la habilidad de comprender y acompañar a otra persona cuando está sintiendo con gran intensidad una emoción desagradable como la ira, la tristeza o el miedo. ¿De qué se trata? Una respuesta empática efectiva también tiene tres condiciones principales:


1. La cuestión no es ¿Qué está diciendo? sino ¿Qué está sintiendo? Cuando estamos “en caliente” habla más la emoción que la persona, y cuando es así, no es extraño que se digan exageraciones o afirmaciones injustas a pesar de que racionalmente sabemos que no es cierto. Por lo que engancharse en una discusión basados en lo que literalmente dice la persona alterada, es en realidad una mala idea. Enfócate en ¿Qué está sintiendo? ya que luego “en frío” puedes hablar realmente con la persona. Recuerda, en el momento de la emoción, lo que más importa es la emoción.


2. Identifica ¿Qué le está diciendo su emoción? Como ya lo hemos dicho, cuando la otra persona está “en caliente” la emoción tiende a decir cosas que no son ciertas, pero son ideas o pensamientos que le duelen a esa persona que está alterada. Es decir, la discusión en realidad no es en contra tuya, sino que tú estás siendo testigo de las cosas crueles que la dice la emoción a esa persona. Por eso identifica ¿Con qué frases la emoción ataca a esa persona? para así poder responder efectivamente. Por ejemplo, si tu pareja luego que se siente ignorada porque estás viendo el celular mientras te habla te dice en caliente: “A ti no te importa lo que yo siento”, en realidad la emoción le está diciendo a ella “Tú no eres importante para tu pareja”. Recuerda, no es contigo, no necesitas defenderte, necesitas comprender.


3. Respóndele a la emoción y no al problema. No se trata de corregir la exageración, ni de decir la mejor solución al problema (eso es en frío, no en caliente). Responder a la emoción es decir todo lo contrario a lo que su emoción le está diciendo, eso lo puedes hacer con palabras o con hechos. Siguiendo con el ejemplo anterior, si tu pareja te dice en caliente: “A ti no te importa lo que yo siento”, una respuesta empática es responder “Tú eres importante para mí, discúlpame si sentiste que no lo eres” lo cual es más efectivo que decir “¿Ahora yo qué hice?”, “No es para tanto” o “Pero si yo te estoy escuchando”. Recuerda, apúntale a debilitar lo que le dice su emoción.

Aunque el tiempo fuera es la preferencia de la mayoría de los hombres y la respuesta empática es la necesidad de la mayoría de las mujeres, a veces las mujeres necesitan un tiempo fuera y los hombres una respuesta empática. La cuestión es que podamos estar de acuerdo con la otra persona, sea pareja, familiar o amigo de decir abiertamente cuál de las dos necesitamos y así “enfriar” efectivamente las cosas para hablar del problema.

“La respuesta suave aplaca la ira,
pero la palabra áspera hace subir el furor.”


Proverbios 15:1

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