¿Cómo hacer para que la tristeza se vaya?

La adolescencia es para cada individuo un tiempo de grandes cambios en todos los aspectos de la vida. Un tiempo extraordinario donde el cuerpo madura y con él la mente, el corazón y la voluntad. Leyes precisas y misteriosas se cumplen en cada ser humano que atraviesa por esta etapa. Llega el momento en el que surge la pregunta ¿quién soy? Y es que todo cambia de la noche a la mañana, tanto en el interior como en el exterior del cuerpo.

a sea por una persona cercana que fallece, o una relación amorosa que termina, o cualquier tipo de pérdida; cuando llega la tristeza a nuestra vida nos podemos sentir ahogados de algo que no queremos sentir y con ganas de “sacarme este dolor” de cualquier forma. Sin embargo, a pesar de que sentir tristeza hace parte de la vida, existen ciertos “tips” para que no te duela más de lo necesario.
Antes de entrar de lleno en el tema, es importante partir de la normalidad. TODOS los seres humanos sobre la faz de la tierra, sentimos dos tipos de emociones, agradables y desagradables. Y lo esperado es que experimentemos a lo largo de la vida tanto cosas “cómodas” como “incómodas”. Por lo tanto, más que buscar un botón mágico que apague la tristeza, se trata de buscar ¿Cómo abordar la tristeza cuando llegue? para así no “agrandarla” más de la cuenta. A continuación vamos a explorar diferentes recomendaciones al respecto:


1. Ejerce tu derecho a sentir:

Sentir es un derecho que tenemos como seres humanos, tú tienes derecho a estar triste, feliz, enojado, miedoso y expresar como te sientes, la obligación a estar o mostrarte siempre bien te la auto impones tú, no existe razón para sentirte culpable por sentir, ya que es una realidad en todos. Evidentemente eso no quiere decir que culpes a los demás de lo que sientes, o te atribuyas el derecho de irrespetar al otro. Por lo tanto, si quieres llorar una hora, pues llora una hora por la simple razón de que quieres y te provoca llorar.


2. Actívate, no le sigas el juego a la pereza:

“El mejor amigo de la tristeza es la pereza”, si quieres llegar a sentirte bien, lo primero es exponerte a situaciones que te puedan llevar a sentirte bien. La inactividad promueve que el metabolismo ande más lento y la felicidad se da gracias a la activación del organismo. Entonces cero pereza, la cuestión no es esperar a que te sientas bien para salir, sino a pesar de que te sientas mal o “no tengas ganas de salir”, hacerlo. Excusas para activarte hay muchas, por ejemplo practicar algún deporte, salir con amigos, trabajar, estudiar, entre otras. Si no permites que la pereza te ahogue, la tristeza será más llevadera.


3. No consumas sustancias psicoactivas, especialmente no consumas alcohol:

Aunque existan varios tipos de sustancias psicoactivas, a nivel social se tienden a consumir como un “escape” frente a estresores que se pueden presentar en la vida diaria. Sin embargo, funcionan como distractores temporales de la realidad, los cuales no solucionan el problema y si te exponen a caer en una adicción o a ser blanco de críticas, además que cuando se pasa el efecto es cerebralmente más difícil afrontar las situaciones estresantes. Sin embargo, resalto el alcohol porque es un depresor del sistema nervioso, entonces adivina ¿Qué pasa si estás triste y tomas un depresivo?


4. No te creas el cuento de “un clavo saca otro clavo” (En el caso de ruptura afectiva o “tusa”):

Al igual que las sustancias psicoactivas, la estrategia de involucrarse afectivamente con una persona cuando no ha elaborado el duelo de la relación anterior sirve solamente como un distractor temporal. Además de ser una oportunidad ideal para comportarse como un “patán” en el caso de los hombres y como una “fácil” en el caso de las mujeres con las consecuencias emocionales y sociales respectivas.


5. Acepta y enfrenta la realidad:

Lo que menos te sirve es negar la situación de pérdida que estás experimentando. Si terminó una relación, pues SI terminó; si falleció un ser querido, SI falleció, si te equivocaste, SI lo hiciste. Si llenamos nuestra mente o discurso de “hubiera…” o “no hubiera…”, eso no va a cambiar lo que ya pasó. En el caso de las relaciones afectivas, las falsas esperanzas o tendencias de “terminamos-volvemos” causan daño adicional y alargan el proceso del duelo. Así que acepta tu realidad con la intención de salir adelante.


6. Viva su proceso de duelo como único y personal:

Uno de los “amplificadores” de la tristeza cuando la experimentamos, es el compararnos con otros procesos de duelo. “Si todos lloran desconsolados en este momento, ¿Por qué no tengo ganas de llorar?”, “Si mi amig@ lo superó en 2 meses, ¿Por qué yo me estoy demorando más?”. Cuando nos dejamos llevar por imitar otros procesos de duelo, podemos impedir elaborar nuestros propios procesos. Tú eres único, y como tal, tus procesos de elaboración de pérdidas; conócete y vívelo como parte de tu vida.


7. “Limpia la Casa”, Despídete de las posibles excusas para hacerte daño:

La tristeza nace de algo que hemos perdido y el pensamiento de que por esa pérdida, el futuro va a ser malo. Por lo tanto, está involucrado el amor a eso que perdimos. En este punto es importante ver el amor como una emoción libre, donde amamos por decisión y NO por necesidad, la prueba reina de que tú no necesitas aquello que perdiste (o que vas a perder) es que después de la pérdida, sigues respirando. Por lo tanto, ante la pérdida, resuelve todo aquello que quede pendiente (cosas de tu “ex” que aún están en tu casa, deudas, las pertenencias de esa persona que falleció y todo aquello que pueda “meter el dedo en la herida”). Devuelve las cosas, saca de la casa aquello que era de esa persona, despídete de una forma bonita, pero UNA única vez. El famoso “dejar ir”, que se necesita para que un proceso de duelo marche. En el caso de una relación afectiva que termina, por favor no l@ invites a salir para “probarte a ti mismo que ya lo superaste”, tu proceso es individual y la idea no es hacerse más daño que el necesario.


“Vale más llorar que reír, pues podrá hacerle mal al semblante pero le hace bien al corazón.” Eclesiastés 7:3

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